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Poemas románticos

8 febrero, 2013

Poemas románticos

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Un fraternal saludos y bienvenidos nuevamente a este su humilde portal de amor, hogar de las mejores imágenes románticas y contenidos que hacen enfasis a al bello sentimiento del amar. Para esta oportunidad nos auxiliaremos en nuestro segmento de “Poemas románticos” en donde le compartiremos una pequeña colección la cual nos hemos apoyado en postales, imágenes, videos con poemas de amor, los cuales estamos seguros que serán de su total aprecio y Agrado.
Poemas románticos

 

Iniciamos con una serie de poemas cortos en donde los versos románticos sencillos son el condimento correcto para que nuestra pareja se sienta muy apreciada, una bonita forma de recordarle lo importante que es para nosotros.

poemas-de-amor

No obstante, si gustan de los poemas de amor  un poco más completo este hermoso ejemplar titulado “Aurora de amor en tus brasas” es definitivamente para ti, dividido en diez partes para tu deleite.

Dejando a un lado las imágenes lindas con poemas pasaremos a compartir un video el cual contiene un bello poema de amor de uno de los máximos representantes  y más influyentes artistas de su siglo, nos referimos nada más y nada menos que a Pablo Neruda.

Y para concluir esta publicación de Poemas románticos solicitaremos el arte y la gracia de los versos de Mario Benedetti, el cual fue un escritor y poeta uruguayo, integrante de la Generación del 45.

Antes de plasmar el poema “Amor de tarde” de Mario Benedetti les recordamos que sus opiniones y comentarios son de vital importancia, y le dejamos dos enlaces de otras recomendaciones que nuestro portal de imágenes de amor y amistad tienen para ofrecer:

Nunca te olvidaré

Cuida de mi corazón

Amor de tarde”

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha como ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme «¿Qué tal?» y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.